Nada queda de mí después de este amor

Acción Poética Tucumán

Acción poética Tucumán es una nueva versión de la conquista de las calles por parte de un movimiento de literatura-mural. En este caso, la persona que ha arrancado la iniciativa ha sido Fernando Ríos y el logro es grande: ¿Qué hay más potente que una frase directa y sencilla?

El movimiento no busca la controversia, sino darle voz a las paredes calladas. El modo de actuar no es similar al del graffiti tradicional. Aquí realizan una convocatoria pública y piden ayuda en forma de botes de pintura y cesión voluntaria de paredes.

Siguen las mismas reglas que se han respetado en movimientos similares (como el pionero de Armando Alanís en México). Lo más evidente, una estética sencilla y homogénea con letras negras sobre fondo blanco. La temática no tiene restricciones aunque predomina cierto aire romántico. Sea cual sea la idea, esta debe expresarse en un máximo de ocho palabras.

La brevedad no es caprichosa. Tiene la misma motivación que en los eslóganes publicitarios: que puedan ser leídos en una fracción de tiempo mínima, ya sea andando o desde un vehículo.

Por lo que he podido ver, incluso están organizando talleres en las escuelas para enseñar a jugar con las palabras de estas formas tan poéticas. Dice Armando:

“No escribimos para intelectuales; escribimos para la vecina de barrio, para los viejos de todos, para el comerciante, para el tipo que esta harto de todo… Si a alguien no le gusta, lo entiendo…. ¿Nos llaman cursis? Sí, ¡lo somos! Cambio la sonrisa de Morocha, la costurera de mi barrio, cuando lee la frase de su cuadra o de Miguelito, el mecánico. Para ellos escribimos.”

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